10 oct 2008

Cosas falsas sobre Sissi

Error Nº. 4
4. Elisabeth torturaba a sus camareras reales con su predilección por los interminables paseos

¡Todo lo contrario! Tal y como se retrata con todo lujo de detalles en la película de Michael Bully Herbig, los largos paseos a pie de la emperatriz le ponían de muy mal humor. Sobre todo cuando había que hacerlos a paso ligero. Es un hecho probado que Lissi amaba la naturaleza, al menos cuando hacía buen tiempo. Pero en ningún caso le gustaba disfrutar de ella paseando a toda pastilla. Lo que más le gustaba era “aliñarse” [en la traducción ella confunde “airearse” con “aliñarse”, no sé si lo respetaron en el doblaje] con Franz tranquilamente por los amplios jardines de Schöngrün. ¡Pero nunca fue una auténtica senderista!

Error Nº. 5
5. Elisabeth tuvo que aguantar toda su vida a su real suegra

Bueno, su suegra era sin lugar a dudas una señora bastante estricta. Y es que debía serlo dada la indecisa naturaleza de su hijo (¡pensemos en la ruptura de su compromiso el mismo día de su anuncio!) y a la adicción al juego de su marido. Su imagen de “suegra malvada” en las clásicas investigaciones sobre Elisabeth se deben únicamente a su pavoroso peinado (hoy día conocido como el look tardío de Elisabeth Flickenschildt [es una actriz alemana célebre por sus moños. ALTER: Catherine Hepburn]” entre los peluqueros más renombrados) a prueba de terremotos, mucho antes de que las lacas de fuerte fijación se vendieran en las droguerías. Hoy sabemos que era más bien su suegra quien tuvo que aguantar a Elisabeth. Pues escogió el momento menos oportuno para dejarse secuestrar. El mismo día en el que su suegra descubrió una sustancia para seducir al hasta entonces reacio mariscal de campo. ¡Precisamente en ese instante tenía que partir hacia un largo viaje de servicio el objeto de sus deseos!

Error Nº. 6
6. Elisabeth se hacía llamar “Sissi”

Aunque se trata sólo de una consonante de nada, éste es el error más clamoroso sobre la emperatriz de los corazones. Sobre todo porque millones de personas lo creyeron a pies juntillas. Analizando la correspondencia custodiada en el archivo nacional imperial con la que la emperatriz cautivaba a sus súbditos, el experto en Elisabeth y grafólogo aficionado Michael Bully Herbig descubrió lo siguiente: “Elisabeth firmaba sus cartas y recibos como ‘Lissi’. Sólo que la ‘L’ era tan churrigueresca que todo el mundo creía que era una ‘S’.” Todos menos Herbig. Su concusión es que en el palacio de Schöngrün jamás hubo tal “Sissi”. ¡Elisabeth siempre quiso ser la “Lissi” del imperio!

Web oficial: http://www.elreinodeloschiflados.com/

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